¿Y si no llega?
Ya está aquí la primavera. Estallan las flores, despierta la piel y el entusiasmo se hace ancho en las terrazas del barrio. Tiemblan las calles bajo el aroma del jazmín, el tranvía llega puntual a la Malvarrosa, todo huele a renacimiento. El calendario sekki nos regala uno de sus más bellos haikus: los gorriones empiezan a anidar. El deseo se derrama por la nuca, roza lento tu espalda, las buganvillas caligrafían su belleza sobre las paredes de cal blanca, sé que es tiempo de amarnos ingenuamente, rebañar el plato, comernos la vida. No para mí. ¿Qué hace uno cuando tiene la sensación de que esta vez no llegará la primavera? De que cruzará nuestra puerta sin llamar, será para otros, que te vaya muy bien, alegría.
Los días se igualan cuando la enfermedad se instala en casa. Los martes ya no pesan pero tampoco celebramos los viernes. El aire se hace denso. Duermo peor, de nada sirven los recursos de siempre (dos de magnesio, una de melatonina, Lexatin si volvemos de Urgencias) cuando es e…

