Siempre
Es difícil explicar lo que sucede cuando se crea —indestructible— la comunión con un animal. Tan solo me ha pasado una (quizá dos) veces a lo largo de mi vida. Perderse en sus ojos, saberte todo su mundo, su amor animal, su olor a sábanas limpias, su calor infinito. Tractor, mientras escribo esta carta, está enroscado a mi lado. No está dormido, lo noto porque de tanto en tanto entorna los ojos, quizá ante algún ruido, una gaviota lejana, despierta la vida en el barrio. Su ronroneo me calma pero no solo, también me hace fuerte, paso mi mano sobre su lomo, siento cada vértebra (está más delgado) todo contigo es certeza, amor mío. Estoy donde quiero estar, con quien quiero estar, te elijo, cada día, hasta el final. Dicen que el amor es lo contrario al miedo, pero yo pienso otra cosa: el amor es la ausencia de duda. Porque sencillamente es.
Leo un poemario de Idea Vilariño, Última antología, editado por Cal y Canto (Montevideo) un precioso ejemplar con ilustraciones de Rodin. En el mundo …

