El despertador suena sin sonido (en su lugar, una vibración en la muñeca) en ese momento extraño en el que arranca el día pero todavía la noche anda al mando de las horas. Este silencio atronador es mi selva y en esta selva me desperezo lento, las gotas del café caen desde el filtro, me dejo mecer por los olores (el aceite sobre el pan, la humedad de la…
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