Renuncia
No entres dócilmente en esta noche quieta / “rage, rage against the dying of the light”. Imposible olvidar la voz de Michael Caine recitando a Dylan Thomas en Interstellar, al son de esa bellísima sinfonía sobre los campos de maíz; “love is the one thing that transcends time and space”, qué película, ¿verdad?
Madrid a cal y canto, los ánimos se ariscan, este aire que pesa cada día más, desaparecen del calendario (deshojándose) cada uno de los planes que habíamos dibujado para un otoño impensable. Me asusta ver cómo se polarizan (hacia un mundo de blancos y negros, en el que ya no creo) voces que hasta hace no tanto imaginaba cabales, pero me asusta todavía más cómo el desgaste se posa lento sobre los hombros de la esperanza y lo viste de abandono. Intuyo que llegarán (porque llegarán) las secuelas emocionales de todo esto pero si hay una sombra que no quiero sobre los míos es la renuncia, el abandono, la abdicación del único reino por el que merece la pena alzarse en armas. Se llama il…

