París en invierno
París todo el año pero en invierno tiene ese je ne sais quoi arrebatador. Deambular a través de sus calles, abrigarse muchísimo, un chocolate caliente entre las manos, el mercado navideño del jardin des Tuileries (uno de los más bonitos que he visto nunca), las sillas de ratán frente a cada bistró, el arte en cada rincón (no hace falta entrar en un museo en esta ciudad), las coctelerías, las tienducas. Es que es verdad: París no se acaba nunca.


