Nodo norte
Algunos días, cuando termino una reunión, paso por su despacho. Un gran ventanal acristalado tras el que se intuye la dársena interior de La Marina, preñada de foques y velas mayores. Suele estar solo, mira el móvil, ¿qué estará pensando? Algunos días, cuando la mar está en calma, toco en su puerta y entro, hablamos un rato, nos sentamos en torno a una mesa blanca, creo que es de Urquiola. Se llama Fernando, de un tiempo a esta parte lo noto cansado, creo que está en esa etapa de la vida (¿cuántos años tendrá, cincuenta y?) en la que comienza a hacerse las preguntas adecuadas. Intuyo que no cree en muchas cosas. Se lo digo —“Pareces cansado” —es que yo también estoy en esa edad: la de decir las cosas. Me lo confirma, lo acompaña con algo que me descoloca: “llevo demasiado tiempo en nodo sur, he de virar el rumbo hacia mi nodo norte”. Obviamente le exijo una explicación, ¿de qué narices me está hablando?
“Nodo norte es la persona, nodo sur es el personaje”. Parece ser que una amiga, Ros…
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