Miedo
Miedo a exponerme (y exponerte) tanto. ¿Para qué? Miedo a no estar a la altura, a no ser “tu roble”, a que el desasosiego se haga fuerte frente a la alegría. Miedo a que todo esto nos cambie, a no ser los que éramos ni tampoco los que íbamos a ser, recuerdo una conversación que tuvimos, una mañana de noviembre, antes de que la sombra cubriese de ceniza tu piel bonita, antes del frío: “Que no sea el miedo quien elija por nosotros”. Tenías razón. Leo esta mañana en torno a la paradoja de Teseo: un barco cuyas piezas se cambian una a una hasta que todas son diferentes de las originales, ¿sigue siendo ese barco? Yo creo que sí. También creo que el amor, como dice la doctora Amelia Brand en Interstellar, “es la única cosa que trasciende el tiempo y espacio. Tal vez debamos creer en eso, incluso si no podemos entenderlo”. It has to mean something. Miedo a no saber quererte, a quererte mal, a no decírtelo lo suficiente, a no besarte, a que este miedo me hiele, a no llegar a tiempo al tiempo.
…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Nada importa para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.

