Melancolía
Es verdad lo que nos dijo Carmen, el clima se hace denso cuando la enfermedad se instala en la familia, cuesta moverse, respirar, cada paso es un cenagal, como en un planeta con la gravedad más intensa, como Superman en la Tierra pero al revés. “Mi perrita también ha estado ingresada y ahora está en casa, aunque sigue malita. No sabemos si saldrá de esta. Mi pareja y yo estamos aturdidos, desconsolados, tristes. He llorado tanto que me siento cansada y sin fuerzas... Por las mañanas, cuando despierto (si es que he podido dormir) vuelvo a ponerme la capa y de nuevo a la carga, pero es durísimo. Me da la sensación de estar viviendo en un medio denso, como si estuviéramos sumergidos en el agua”. Un medio denso, eso es. Un espacio donde me siento torpe, sin foco, se ahínca el pesar. Y lo que antes era ligereza ahora es páramo. A veces, también, me siento frágil. Mentira. Soy una montaña, un árbol inmenso que le cobija, un gigante de hierro como el gigante de hierro de Brad Bird.
Tractor ya…

