Lo que se supone que está bien
Una de las pruebas en la clínica fue repetir una cifra, pero en orden invertido, la psicóloga me cantaba un número cada vez mayor. Yo tenía que deletrearlos. Ella (Raquel) tenía un cronómetro en la mano, apuntaba con un bolígrafo Bic Cristal en una libreta de anillas, apenas algún gesto en el rostro. Otro test (creo que el que más disfruté) fue buscar un patrón entre figuras donde aparentemente no lo hay. Siempre lo hay. No sé si en la vida también sucede así, diría que no, a veces pienso lo contrario. Pero en esas figuras desde luego que lo había. Fueron tres sesiones, falta el informe y alguna sesión más (supongo) para despejar la incógnita, tengo curiosidad.
“¿Por qué estás aquí? —Fue su primera pregunta antes de entrar en harina. La harina: test de los cinco dígitos, atención selectiva (o d2), pautas de foco y tiempo, test de los senderos. Aquí la interrumpí, es que me encantó el nombre: test de los senderos. TESEN. Se llama así (me dijo) porque se trata de conectar puntos en un or…

