Es la alegría, estúpidos
Tengo una aplicación en el móvil que monitoriza prácticamente toda mi vida. Su eslogan es “tu compañero de salud”. Sí, yo también lo pienso: necesitan desesperadamente a Toni Segarra. Ahí no solo se cuelan las automatizaciones deportivas obvias —cuando corro, buceo, camino o guanteo— los patrones de sueño o las horas de sol, también apunto (concienzudamente) las copas de vino, los días que me abracé a un Diazepam, si leí un libro antes de dormir o me dejé caer por la madriguera del conejo en ese vasto feed de los caminos que no llevan ningún sitio. Lo llaman doomscrolling a eso. Apunto también si ha sido un día feliz (son poquísimos), sencillamente normal (los más), cuando la ansiedad levantó la falda de mi calma o si directamente fue una mierda.
Laura se ríe de mí. Dice que soy un matao. Ella se ha inventado dos categorías para todos aquellos tarados que tenemos —sic— una relación obsesiva con el deporte: motivao y matao—siendo matao lo siguiente: “Como cuando entrenaste con un esgui…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Nada importa para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.

