Encontrarse en el camino
Esta semana la carta es diferente. Si es que lo es. Diría que no. Iremos viendo. Leí el otro día que hay escritores mapa (Faulkner) y escritores brújula (Amélie Nothomb), razón frente a emoción, la recta frente a la curva, Apolo o Dionisios, Atlántico o Mediterráneo. Como si la vida fuese una cosa u otra. Qué tontería, hay tantas formas de mirar como personas, hace tiempo que dejé de creer en blancos y negros. Desde aquí (¡que me suelten les digo!) reclamo el derecho a la contradicción, a pensar un día una cosa y otra al siguiente, a llorar de alegría. El derecho (qué miedo quien cree conocer todas las respuestas) a estar perdido, a meter la cabeza bajo la almohada, a no saber qué hacer, qué decir, qué sentir.
Pensé una cosa el martes, volvía de Madrid, cansado, casi siempre adopto el papel de ser quien escucha, es (a veces) agotador. Sobre la repisa del tren Madre de corazón atómico de Agustín Fernández Mallo, subrayo una frase —“Nada ni nadie puede cuidar a los demás si, en primer l…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Nada importa para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.

