It is not humiliating to be unhappy. Physical suffering is sometimes humiliating, but the suffering of being cannot be, it is life.
No es fácil dejarse caer en este presente donde la felicidad tantas veces parece una condena: tienes que ser feliz porque sí. Imperativo categórico, aforismo remilgado, optimismo por decreto: sonreirle a la vida mis cojones, supongo pensamos todos alguna vez pero cómo levantar la voz si casi no nos queda aire.
La frase pertenece al diario de notas de Albert Camus, pero yo pienso como Milena: “comprad La caída. Allí está todo. Nunca volveréis a recorrer los puentes de París de la misma manera”. Y es que el sufrimiento en torno a sencillamente ser no debería verse nunca como una humillación porque forma parte de la vida misma; pero no terminamos de entenderlo así que al infeliz le cae (además de lo suyo) el precinto de infeliz, llorón, triste sin derecho a serlo porque cómo vas a quejarte con esa cara, alma de cántaro. Así que guardamos la mierda bajo la alfombra y nos negamos el derecho (sagrado) a no ser felices, dando así un pasito involuntario hacia la depresión que siempre, siempre, siempre aparece disfrazada de nada. Por eso es tan difícil verla.
Ni caso a quien no te permita caer, ni tres minutos a quien no entienda que el sufrimiento forma parte del trato, porque no hay ventura sin tristeza. No puede haberla. Hacerte un ovillo, pequeño, insignificante; esconderte bajo la manta, no asomar la cabeza hasta que se apague este ruido ensordecedor, este cansancio cosido a la piel con cansancio. Padecer lo que te dé la gana, desaparecer un rato, mirar muy dentro, cerrar los ojos, dejarte ser.
Detallar a la perfección lo que muchas personas pensamos, pero mil veces no decimos. Un placer leerte, como siempre 🤗
Compartido! para seguir el debate sobre emociones y la importancia de sentirlas todas (sin atascarnos, pero dejarlas pasar por nosotros) que tengo con un buen amigo, gracias!