Una bola de fuego cruzó el firmamento de la Comunidad Valenciana la madrugada del viernes diez de agosto, entró en la atmósfera a una velocidad de unos 217.000 kilómetros por hora, explotó finalmente sobre Águilas, en Murcia, las fotografías transpiran una extraña belleza. El fenómeno terminó con una gran combustión, el meteorito (¿era un meteorito? ¿una estrella perdida?) se desintegró totalmente en el cielo, dividiéndose en haces de luz roja, por lo que ningún fragmento llegó al suelo. Las primeras hipótesis apuntaron a que estaría relacionado con las Perseidas (la lluvia de estrellas fugaces de San Lorenzo, que llenan de luz y partículas casi invisibles algunas noches de verano) pero no, la Red de Investigación de Bólidos y Meteoritos confirmó que fue cosa de la reentrada en la atmósfera de la cuarta etapa del cohete Jielong-3, lanzado por China dos días antes.
A nosotros nos pilló en Verbier, un pueblo de montaña en Los Alpes, precisamente buscando una noche clara (sin contaminación lumínica) desde la que contemplar las Perseidas, ¿por qué nos obsesionan las estrellas? Creo que a Laura le gustan porque le dan perspectiva: “Cuando estoy triste me hacen sentir más ligera, siento que mis problemas son minúsculos, en realidad no pasa nada, solo estamos de paso”. Lo entiendo. A mí lo que más me fascina es la asincronía astronómica: lo que ves brillar hoy quizá dejó de existir hace miles de años, pero tú lo ves y lo sientes en este aquí y este ahora. La estrella más brillante de las que podemos observar cualquier noche despejada es Sirio, que orbita a unos nueve años luz de la Tierra. Si hoy (esta noche) se apagase su luz nadie notaría su ausencia hasta dentro de (casi) un década. El firmamento es memoria luminosa, por eso mirar el cielo es viajar atrás en el tiempo: lo que ya sucedió está sucediendo.
“Somos el espejo y la fugaz memoria de esas luces que se extinguen. Ver las estrellas es ver el pasado; acaso ver el futuro, si la distancia es tan vasta que lo que vemos no existe ya”, es Borges en sus Otras inquisiciones. ¿Cuántas cosas ya no están pero no lo sabemos? Aquella noche en los Alpes Laura estaba bien, pero sus vértebras no, entonces no lo sabíamos, pero bajo su bellísima espalda una sombra se hacía guijarro. Ya estaba allí, llevaba años allí, a veces intuimos la sombra (como un amor que se muere) pero fingimos que no. La alternativa es demasiado dolorosa. En aquel viaje estaba especialmente feliz, tras su primera Sirsasana (un movimiento de yoga) sin pared, no sé si volverá a hacer una tras su diagnóstico: Estenosis moderada/severa comprimiendo la raíz del nervio, discos deshidratados, hernia discal y artrosis.
Tiene razón Laura: hay una última vez para todo pero casi nunca lo sabemos. Hace tan solo tres días estaba sentado en una silla blanca, al lado de mi hermana y mi mamá, en una sala sin cuadros de la séptima planta (torre C) del hospital La Fe de Valencia: área de neurología. TAC, pruebas de cribado cognitivo ( “¿Dónde estamos ahora mismo?”) como el Test del Reloj o copiar dos figuras geométricas, una al lado de la otra. Un primer diagnóstico: Principio de demencia senil. Todavía no soy capaz de nombrarlo, escribirlo es más fácil, creo que una parte mía ya lo sabía. Pero no quería verlo. Es demasiado doloroso. Ahora comienza una nueva etapa. Mentira: ya comenzó hace tiempo, como la luz de una galaxia, como el agua del río que todavía no sabe que un día será mar. Lo que ya sucedió está sucediendo. La vida es rarísima, se entiende hacia atrás pero tan solo se puede vivir hacia adelante. Como las estrellas.
Estáis rodeado de amor y belleza! Un abrazo enorme para la Familia. ❤️
Mucho ánimo, yo he vivido la demencia con mis abuelos, y es difícil. Lo que más me ayudaba es quedarme con cada sonrisa y cada gesto…esos afortunadamente llegan 💙 Ahora estoy intentando disfrutar de mi abuela también cuando no me reconoce, cuando si lo hace y se transporta a cuando yo era un bebé… Aunque me sigue resultando muy difícil y más en la distancia. Mucho ánimo y a disfrutar de cada ratito juntos como seguro que hacéis.
Preciosa le reflexión sobre las estrellas, ¡gracias!
¡Feliz sábado!