Contradicciones
Perdón, soy contradictorio. Recuerdo nítidamente una frase sobre alguna pared en Alfama, las callejuelas desperezándose muy lento sobre un millón de colores: “¿Qué es sin locura el hombre más que un animal sano?”... intuyo en Pessoa un contradictorio con patas. Aquí tienen a otro. Y es que de un tiempo a esta parte ando disculpándome cada dos por tres frente al autor de esta carta (yo) por culpa de este sindiós que es vivir pegadito a la incoherencia.
Me pasa cuando paseamos por El Club del Gourmet y algo muy telúrico (y muy chungo) me lleva de cabeza al foie, y pienso de corazón que no debería pero es que pues eso; os juro que me preocupa muchísimo esta deriva aterradora del planeta pero más de dos veces he tirado las bolsas de basura en el mismo contenedor por no andar cincuenta metros. Ya está ahí la culpa asomando el gaznate… “¿Qué tal tu día, Terrés? Soy tu culpa y hoy seré tu comparsa en la cofradía del pero qué has hecho”. Ya no me avergüenza admitir que me pirra La isla de las…

