Soy una persona (no me escondo) de otoño. Pero, por muchas razones, la llegada del verano tiene algo de renovación, de gracia reposada, de un saber antiguo que recorre nuestra piel y nuestros miedos. “Sentir el mar, su lentitud viviente / es la magnificencia y el olvido”, de Antonio Ramoneda. Por eso viajamos cuando llega esta pausa: para encontrarnos c…
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