Cinco años con el Consultorio
Un resumen apresurado, caótico, excesivo y visceral tras más de sesenta domingos tejiendo el Consultorio sin miedo.
Dimos un paseo frente al mar esa misma mañana, las últimas horas del año fueron tranquilas. La calma es mi anhelo. ¿Por qué, entonces, monto mi vida en torno al vértigo? Comemos pronto, volvemos a ver El cuento de la princesa Kaguya, un ratito no más. Le pido a Laura dejarlo para otro día, en breve (a las dos) comenzará el Consultorio, otra tarde más —¿la última?— al frente de este pacto sencillo: el lector pregunta y yo respondo. Así será, hasta la noche.
Durante los último cinco años esta ha sido mi rutina. A veces en casa, a veces (muchas veces) entre aeropuertos, habitaciones de hotel, caminos, horizontes. A veces con ganas. Otras no tanto. Sí hay un vínculo que conecta todos los puntos de este viaje: siempre os he sentido al otro lado. Así que he pensado que era justo dedicarle (a tantos buenos ratitos juntos) esta carta diferente a todas las demás. Lo que viene son sencillamente capturas que he ido haciendo estos días, sin ningún patrón, tan solo preguntas y respuestas —mambo, em…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Nada importa para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.

