Caliu
La primera persona a la que le escuché la palabra caliu fue a Paula, hace tan solo unos meses, comienzos de marzo, fue tras un encuentro de Claves en Barcelona. “¿Qué tal ha estado?” —le pregunté. “Bien, ha sido como estar en un bosque, alrededor de una hoguera, contándonos historias”. Le digo que exagera, acompaña la respuesta con esa palabra que todavía me ronda: “Siempre hay caliu en tus encuentros”.
“¿Caliu?” —“Sí, caliu: calorcito, sentirte en casa, abrigo, cuidado”. Entiendo lo que quiere decir, anoto entonces la palabra, he vuelto a ella de tanto en tanto. Cuando me han preguntado qué busco, cuando me preguntan qué es un hogar, por qué esta búsqueda incesante de la belleza. Creo que tras la belleza hay caliu, también en la calma. En el catalán medieval: las brasas que quedan candentes tras la lumbre, los rescoldos que serán el germen del fuego que vendrá. Fer caliu, cuidar a los tuyos, calor humano (el frío humano es terrible, infinitamente más gélido que el de la naturaleza), c…
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